sábado, 25 de octubre de 2014

5 Alimentos que no deberías comer NUNCA

Que debes comer para llevar una vida más saludable y adelgazar esas libras de más. Hoy te voy a decir cinco alimentos que no debes comer jamás. Ninguno de estos alimentos es bueno para ti y además no te ayudan a bajar de peso, aunque uno de ellos es muy popular entre las personas que hacen dieta.
1. Leche – Si tú lees mi blog con frecuencia, entonces sabes que no soy fanática de los productos lácteos. Los productos lácteos incluyendo la leche causan problemas digestivos en hasta el 75% de la población mundial. También están relacionados con cáncer en la próstata y además la leche empeora los casos de síndrome de intestino irritable. La leche también contiene muchas grasas saturadas las cuales pueden causar problemas cardíacos. Además, a pesar de que afirman que la leche contribuye con la salud de los huesos, estudios recientes demuestran todo lo contrario, la leche puede contribuir con la pérdida ósea. 
 
2. Harina blanca. No hay nada más sabroso que un pedazo de pan caliente para acompañar tu cena. Lamentablemente, esta opción no es la mejor si es que en realidad quieres adelgazar, ya que no te proporciona ningún valor nutricional y además aumenta tu nivel de azúcar en la sangre. El problema con este tipo de comidas, es que mientras más comes más quieres, ingieres muchísimas calorías y carbohidratos y nada nutritivo a cambio. Cámbiate a la harina integral. 
3. Soya. La soya es considerada una opción saludable. Sin embargo, algunas soyas contienen un aislado modificado genéticamente similar al estrógeno. Esta sustancia está relacionada con el aumento de riesgo de cáncer e infertilidad. Si buscas opciones vegetarianas de proteína, prueba la quínoa o los frijoles negros. Las barras de proteína a base de frutos secos, también pueden ser una buena opción. 
 
4. Refrescos. Los problemas con los refrescos son muchos. Contienen mucha azúcar lo que te hace subir de peso. También contienen cafeína, lo que puede afectar tu sueño por las noches. ¡Y sí! Esto incluye los refrescos dietéticos. Ya que no contiene azúcar, usualmente son permitidos cuando haces dietas dado que no contiene calorías, ¡pero no te dejes engañar! No sólo los productos químicos utilizados en estos refrescos dietéticos son dañinos para ti, también inhiben la capacidad de tu cuerpo de reconocer cuando te sientes satisfecha. Tu cuerpo te pedirá más y más azúcar después de consumir edulcorantes artificiales. Así que evita por completo cualquier tipo de refresco.
 
5. Jugo de frutas. Seguramente estás pensando que son buenos para ti ya que están hechos con frutas naturales y por lo tanto obtienes los mismos beneficios que cuando comes fruta. Pues no…en primer lugar, la mayoría de los jugos que venden en los supermercados, contienen muy poca fruta natural y mucha azúcar añadida. Pero incluso, un jugo de fruta hecho de fruta natural y sin azúcar, puede elevar tu nivel de azúcar en la sangre rápidamente. A lo mejor te estás preguntando ¿Por qué no pasa esto cuando comes fruta? Y es muy sencillo, cuando comes fruta, también estás comiendo la fibra que ésta contiene y la fibra evita que tu nivel de glucosa se eleve.  
 
Si tienes algunos o todos estos alimentos en tu despensa, bótalos ahora mismo y busca otras alternativas más saludables. 

martes, 22 de abril de 2014

TRADICIONES

Les mostramos un video de un niño bailando musica norteña Mexicana, ya desde chiquito tremendo bailarin

jueves, 17 de abril de 2014

MANTENIENDO LAS TRADICIONES

A pesar de la distancia lo que comenzó siendo una iniciativa de argentinos hoy ha crecido porque ya congrega a inmigrantes de otros países latinoamericanos, asi q éste 25 de Mayo haremos el sacrificio de ir a comer un buen asado criollo.....si estás cerca te esperamos !!
Argentino, Maxicanos, Colombianos, Chilenos, Venezolanos , Uruguayos y mas unidos por nuestra cultura latina.


sábado, 8 de marzo de 2014

DESCUBRIENDO HISTRORIAS

Los comienzos de McDonald’s


En 1937 Rick (Richard) y Mac (Maurice) McDonald, cansados de estar pluriempleados, se mudaron de su New Hampshire natal a California para abrir un pequeño negocio llamado Airdrome junto al antiguo aeropuerto de Monrovia. En aquel restaurante comenzaron sirviendo únicamente perritos calientes, zumo de naranja, café y té, pero las ganancias fueron suficientes en tres años como para pensar en algo mejor, aunque nunca se imaginaron lo lejos que llegarían.

I: Richard McDonald
Trasladaron el negocio del aeropuerto a San Bernadino en 1940, junto a la ruta 66, pero transformaron el negocio por completo. Lo convirtieron en un restaurante de comida barbacoa para llevar, en el que los clientes podían elegir entre 25 propuestas de menú. Ocho años tardaron en percatarse de que el 80% de los beneficios de su negocio venía de las hamburguesas, lo que les dio una idea para rediseñar por completo su negocio, cerrando en otoño de 1948 para reformarlo.
A su reapertura en diciembre de 1948, los hermanos McDonald habían reducido su menú de 25 elementos a la simple venta de hamburguesas, introduciendo el novedoso sistema de comida rápida en el que se elaboraban las hamburguesas siguiendo la misma idea que las cadenas de montaje industrial, consiguiendo aumentar notablemente la rapidez en servir las hamburguesas, así como el volumen de las mismas.
Gracias al barato precio de las hamburguesas, 15 céntimos de dolar por cada una, el boca a boca funcionó consiguiendo que el negocio fuera aumentando notablemente, aunque el golpe definitivo lo darían un año después de la reapertura del restaurante con la introducción de los menús que incluían un batido y patatas fritas junto a la hamburguesa.

II: Hamburguesas a 15 céntimos
A comienzos de los años 50 el restaurante abierto en San Bernadino ya reportaba grandes cantidades de dinero, y empezó a llamar la atención de varios empresarios, incluso aparecieron en algunas publicaciones especializadas por su éxito logrado gracias a una innovadora concepción de los restaurantes. En 1952 los hermanos McDonald vendieron su primera franquicia a Neil Fox en Phoenix, ocasión que aprovecharon para hacer al nuevo restaurante un prototipo de cómo los futuros McDonald’s serían, creando en ese proceso los arcos amarillos que se transformarían con los años en el símbolo de la multinacional.
Ambos negocios continuaron creciendo asombrosamente en los siguientes años, lo que les llevó a tener que comprar seis máquinas para hacer batidos en su restaurante de San Bernadino a una compañía llevada por Ray Kroc. Este hecho, le llamó la atención a Kroc, ya que lo normal era que cada restaurante comprase una única máquina, por lo que se desplazó desde Chicago al restaurante de los hermanos McDonald para observar el negocio que tenían entre manos.

III: Ray Kroc
Ray Kroc se percató rápida mente de que la idea de los hermanos era perfecta para el éxito, y les intentó convencer de que abrieran nuevas franquicias por todo el Estados Unidos. La comodidad y falta de ambición de los hermanos hico que se negasen, por lo que el propio Ray Kroc se ofreció a hacerlo por ellos. A su vuelta a Chicago se puso manos a la obra y el 15 de Abril de 1955, unos meses después de su visita a California, abría el primer restaurante de la nueva compañía McDonald’s Corporation en Des Plaines, Illinois.
Durante los tres años siguientes Ray Kroc comenzó a crear su gran imperio, poniendo 33 restaurantes más por todo el territorio estadounidense, aunque la explosión final se daría entre los años 1958 y 1960, cuando llegaría a más de 100 restaurantes. En 1961 compró todos los derechos sobre la marca McDonald’s en Estados Unidos a los hermanos McDonald por un total de 2,7 millones de dólares. Seis años más tarde McDonald’s saldría de las fronteras de Estados Unidos instalandose cerca de Vancouver, Canadá, y en 1971 la franquicia saltó el charco por primera vez, abriendo su primer restaurante en Europa cerca de la ciudad de Amsterdam.
Y el resto de la historia… es de sobra conocida por todos.


sábado, 1 de marzo de 2014

La Charrería


La peculiar figura del charro mexicano es un símbolo de nuestra mexicanidad.
Desde una perspectiva, histórica, la figura del charro mexicano, se remonta a la época de la colonia, cuando se originaron las haciendas de economía mixta, agrícola-ganadera, conocidas como estancias o ranchos.

Sin embargo el primer contacto de los pobladores indígenas de América con el caballo, animal de cuatro largas patas, empleado como medio de transporte, se remonta a la época de la conquista.
En 1519, Hernán Cortés originario de Extremadura, España zarpó con su flota, proveniente de Cuba decidido a emprender la conquista de México.
Llevaba bajo sus órdenes menos de 700 hombres entre marinería y soldados.
Cuando la expedición llegó a México en abril, las tribus del litoral, sometidas a los aztecas, acogieron a Cortés como libertador, identificándolo como Quetzalcoatl,

Cortés desembarca en Veracruz en 1519.
el dios rubio, de piel clara y ojos azules, que según la leyenda había de regresar en su ayuda, procedente del mar.

Al desembarcar, los conquistadores españoles traían consigo 14 caballos a quienes los habitantes indígenas confundieron como caballo y jinete en un solo ser. Fueron tomados por monstruos, ya que los indígenas no conocían semejante animal.
Las armaduras, los cañones y los fusiles contribuyeron a la convicción de que Cortés y sus hombres eran seres superiores, declarándose la población indígena en sumisión.
Con las huestes del extremeño llegaron 16 caballos que en Tabasco hicieron por primera vez su aparición bélica con 'pretales y cascabeles', mostrando el arte de montar a los aborígenes.
Bernal Díaz del Castillo, conquistador y hombre de campo, entendido en equinos, supo relacionarlos con los nombres de sus dueños.
"Un caballo zaino, una yegua alazana muy buena, de juego y de carrera; una yegua rucia de buena carrera; otra yegua rucia muy poderosa, un caballo castaño oscuro muy bueno y gran corredor: un buen caballo castaño, perfecto castaño, buen corredor; un caballo overo, labrado de las manos y era bien revuelto; un caballo overo, algo sobre morcillo, no bueno para cosa ninguna; un caballo muy bueno de color castaño algo claro y muy buen corredor, es muy buen caballo oscuro, que le decían el Arriero y una yegua castaña
que parió en el navío; es decir el primero nacido en tierra mexicana."
Aquellos caballos y yeguas, fueron los primeros que trotaron por el territorio.
Sin embargo por razones de tiempo y de guerra no deben considerarse aún como la simiente de la caballada mexicana.
En tiempos de conquista, los caballeros portaban armadura, a veces mallas, yelmo y rodela.
La caballería fue un arma de gran provecho en la conquista, y aun muchos años después.

Existen unos estribos, hallados en los médanos de Veracruz: son romos por la parte que roza la barriga del caballo, y hacia afuera y por debajo del pie llevan cuchillas, así se comprende por qué los jinetes también se defendían con los pies.

Hasta 1619, los caballos estaban prohibidos para los indígenas y los criollos, aún cuando ellos fueran fueran descendientes de reyes.

Matanza de Cholula, Lienzo de Tlaxcala
Conocido es que la legislación europea fue inflexible para castigar a los infractores hasta con la pena de muerte.
Sin embargo, los indios y los mestizos tenían que ocuparse del cuidado de todos los animales y como los caballos estaban en libertad, había que lazarlos, jinetearlos y amansarlos con la reata.

Fue así como Don Antonio de Mendoza, primer virrey de la Nueva España, (1535-1550) se vio obligado a otorgar permisos para que los indios montaran, pues había que defender la tierra y cuidar el ganado.

En 1619 , el virrey Luis de Tovar Godínez otorgó el primer permiso escrito para que 20 indígenas en la Hacienda de San Javier , Pachuca, actual capital de Hidalgo, "pudieran montar libremente caballos con silla, freno y espuelas.

Las necesidades rurales variaron las circunstancias, pues se precisó de la ayuda de los aborígenes para la guerra y los servicios rurales.

Dentro de los precursores de la Charrería en México, se reconoce a Sebastián de Aparicio (1502-1602).
Sebastián llegó a la Nueva España en 1532, desempeñándose como carretero y constructor de caminos.
Más tarde, adquirió una hacienda en Puebla dedicándose a la ganadería y la agricultura, así como amansador e instructor de actividades relacionadas con la domesticación y aprovechamiento de las bestias para el tiro, la carga y la silla.
Sebastián de Aparicio, murió en su hacienda de Puebla en 1602.
La Fiesta Charra durante la Colonia…
En el siglo XIX, durante la época de la colonia, los terratenientes, poseedores de ganado y propietarios de grandes extensiones de tierra, fueron los mayormente beneficiados con la economía rural, para la cual, requirieron de gran cantidad de trabajadores.

Las haciendas prósperas, llegaron a emplear varios centenares de peones permanentes, un tanto eventuales y en menor cantidad de arrendatarios y de aparceros que se encontraban en los límites de las haciendas, esparcidos en rancherías o congregaciones y en pequeños caseríos.
El agro mexicano giró durante varios siglos en torno a la economía de las haciendas,  predominando  aquellas  criadoras de ganado mayor,  en donde

Charros en la época colonial.
surgieron, una significativa escala de trabajadores protagonistas de hechos que darían origen al charro y a la charrería.

Los trabajadores de las Haciendas, teniendo mayor injerencia la población de libre movilidad como los arrendatarios, aparceros y rancheros, dejaron grata memoria escrita de aquellas faenas camperas, finalizadas en festejo, conocidas como Rodeos.
Conforme a lo reglamentado en 1574, el rodeo era una batida circular que hacían los vaqueros montados en sus caballos para bajar el ganado de las serranías y concentrarlo en un punto donde se haría la selección de animales, ayudándose de largas puyas con punta de hierro, similares a las garrochas.
Los animales sin marca “orejones” se repartían entre los distintos “señores de ganado”, y los de marca desconocida eran entregados a los representantes de las autoridades virreinales como bienes mostrencos.

La faena de amansar y arrendar o hacer a la rienda los caballos que, como el ganado bovino se habían multiplicado en estado semi-salvaje en las grandes planicies, requería de hombres diestros y entrenados.
Para separar el ganado que vagaba sin reconocer límites de la Hacienda a la que pertenecían, se designaba un sitio llamado rodeo. Ahí se reunían para contar, reconocer y vender el ganado mayor.
Enseguida los vaqueros marcaban a las bestias con el hierro del hacendado en sitios especialmente designados, ocasión que se convertía en una celebración colectiva.
Nacieron entonces los herraderos y así algunos animales eran elegidos para la agricultura o el transporte, y se procedía a caparlos para facilitar las labores.

La actividad conocida como “Coleadero” surgió como una necesidad, pues a menudo, las haciendas tenían demasiado ganado; una vez que los animales estaban separados, los vaqueros acostumbraban derribarlos, tirándolos por la cola. Surgía así entre los jinetes un enfrentamiento amistoso-deportivo.
 
Los Charros… De sus andanzas y faenas…
Durante las dos primeras décadas del siglo XX tenían todavía lugar los rodeos, llamados entonces jaripeos.
En el corral mayor se llevaba a cabo la concentración de animales para iniciar la selección en dos pequeños corrales anexos y realizar las tareas de conteo, herraje y capazón, implicando la participación de experimentados jinetes, muy hábiles en el manejo de las reatas para las lazadas de los animales.

A los jaripeos se invitaba a connotados charros, expertos en las lides de lazar, colear y jinetear el ganado.
Participaban también los señores hacendados y el espectáculo era presenciado por sus familiares y por la población ranchera de los alrededores.
Para dar de comer a toda esa concurrencia, eran sacrificados tres o cuatro novillos y se preparaba una suculenta carne acompañada de las populares tortillas recién echas en los comales.
No faltaba el tequila en botellas o bules que se acostumbraba beber a boca de botella, pasando de mano en mano. El Tequila era traído de las tabernas cercanas que lo producían.
La música daba el último toque a la fiesta campirana amenizada por un conjunto de mariachi de alguno de los ranchos próximos.
Entre los de a caballo, no faltaban los desafíos de tirar una botella al suelo, y a carrera tendida, levantarla sin caer del caballo…
 
El Charro protagonista en la Historia de México…
A lo largo de la Colonia y en la época de la Independencia, abundaron los hechos importantes de nuestra historia en los que el hombre a caballo jugó un papel de vital importancia, tanto en las luchas, como en el mantenimiento de la paz, y gracias a sus hazañas los charros consolidaron su figura.

El antecedente de cómo se fue conformando la charrería como grupo importante, se remonta al siglo XVIII, cuando un contingente de soldados llamados “Dragones de la Cuera”, vigilaban los presidios desde Bahía Matagorda, en el Golfo, hasta el río Sacramento, en California del Norte.
El grupo protegía a la Nueva España de las invasiones de los indios bárbaros, allá por 1730.
De la vestimenta de estos soldados, sobresalía la cuera de ante, que resultaba resistente a las flechas y hacía las veces del “escahuipil” de la época prehispánica.
Esta prenda tenía mangas y llegaba hasta las rodillas; estaba acojinada por dentro con piel de borrego y era usada con un cinturón de piel cruzado al pecho. En las bolsas de la cuera, estaban bordadas las armas del rey.
 
El Chinaco… antecedente más directo del charro…
Durante la  guerra de Independencia,  se les  nombraba “cuerudos”  y  eran

Chinaco en Chapultepec
conocidos por su habilidad con el manejo de la reata para lazar “realistas” en la región del bajío. Consumada la Independencia, la personalidad del charro, aguerrido y poderoso, surge para dominar las fuerzas de la naturaleza y acrisolar la riqueza de nuestro recién nacido país.

Durante la guerra de 1847, los charros, no solo usaban con maestría la reata y el machete. Don Pablo de Verástegui, hacendado de Río Verde, convocó a una guerrilla contra el invasor ejército norteamericano.
Durante el Porfiriato, se hicieron famosos los “Rurales”, un cuerpo de voluntarios cuya misión consistía en perseguir a los ladrones y a los asaltantes que asolaban el campo mexicano, haciendo intransitables los caminos de México.
El grupo estaba formado por hombres que vestían como charros, con la clásica indumentaria, portando sombrero gris galoneado en plata.
Como parte de la Secretaría de Guerra participaban en los desfiles del 5 de mayo y 16 de septiembre y eran ovacionados por la concurrencia.

Los Rurales en la época porfiriana
Durante la época de la Revolución y el reparto agrario, muchas Haciendas desaparecieron o quedaron irremediablemente fraccionadas.
Inicia entonces el éxodo masivo del hombre de campo hacia los centros urbanos.
Con nostalgia, tanto el antiguo hacendado como sus caporales y vaqueros, buscan un lugar en dónde recrear las faenas campiranas que orgullosamente habían desempeñado en las haciendas, las estancias y los ranchos.
Así nacen las Asociaciones y los Lienzos Charros y la Charrería se convierte en deporte nacional y espectáculo sin precedentes
 
Los Charros… De sus atuendos y  atavíos…
El notable historiador Luis Pérez Verdía en su libro “Historia Particular de Jalisco” (1911) hace referencia al ranchero rico que: “…usaba vestido de cuero o de género de lana, mangas o sarape de estambre o de Saltillo, que alcanzaba el precio de una onza de oro, botas de montar llamadas de campana con ataduras de cuero o fuertes cintas de color y sobrero de ancha falda…”
El traje charro tiene, entre sus antecedentes, los atuendos de los jinetes hispanos, quienes hacían prendas verdaderamente extraordinarias, especialmente suntuosas, con adornos de plata y oro.
Según algunos historiadores, su origen principal está en el traje de Salamanca, España, al que también se llamaba “Charro”.

Maximiliano de Habsburgo
Maximiliano fue sin duda uno de los grandes promotores del traje de charro.
En sus viajes, el emperador se hacía acompañar por “gente de a caballo” que lucía con mucho orgullo su indumentaria.
Maximiliano prefería la chaquetilla corta sin adornos y el pantalón ajustado con botonadura de plata; el sombrero que complementaba su atavío era de ala planchada galoneado en plata, así como la toquilla del mismo material.
Para los patrones, se confeccio-naban sarapes y jorongos, con pantalones de jerga en blanco y negro.
Para los peones, además de chaquetas, calzoneras y pantalones de cuero, pantalones de jerga en rojo y negro. Las mujeres, estaban encargadas de bordar las camisas de padres, hermanos y novios.

A los sombreros se les fueron agregando bordados distintos que hacían juego con el resto del traje: dibujos de flores, águilas, búhos o serpientes; todo en plata u oro, según los gustos y las posibilidades del dueño.
 
El atuendo Charro de ayer y de ahora ...
El atuendo charro ha tenido dos etapas importantes:
La correspondiente a la época de Maximiliano y la que sigue vigente hasta nuestros días.
 
Traje de Faena… el más usual para las competencias
 
Traje de Media Gala… es más ornamentado y se utiliza también para las competencias.
 
Traje de Gala… puede usarse a caballo, pero no se utiliza para la ejecución de faenas.  
Traje de Etiqueta o Ceremonia…    el más elegante de todos,   se utiliza en ocasiones muy especiales,  pero nunca a caballo.
 
Como parte importante del traje de charro, Las espuelas… fabricadas en Amozoc, Puebla… “cuyo pavón no borra el tiempo, ni el andar maltrata…”, según reza el refrán popular, mantienen vigente la herencia del diseño árabe y español.
El atuendo del caballo con sus arreos, hacen juego con la vestimenta de su dueño.
La silla ha sufrido modificaciones, conforme fueron surgiendo nuevas labores con el ganado.
La anquera, descendiente de la gualdrapa, que es como una enaguilla de cuero grueso que cubre el anca del caballo y va ribeteada alrededor de su parte baja con zarcillos o brincos, hermosamente calados, de los cuales cuelgan algunos adornos lamados “higas y cascajos” a los que la gente de campo llama “ruidosos”. Este aditamento sirve para amansar al potro y asentarle el paso y es muy útil para ayudar a su educación, además de que lo defiende de las cornadas de los toros.
 
 
El Nuevo Charro…
La fiesta charra, se inicia con el desfile general de los charros participantes y de las Adelitas de alguna Escaramuza, quienes recorren en sus corceles el ruedo y rinden honores a la bandera.
Enseguida se suceden, de acuerdo al orden establecido, las diferentes suertes, que entre las más conocidas podemos mencionar: La Cala de Caballo, el Pialar, el Coleadero, la Jineteada de Toro, la Terna, el Jineteo de Yeguas, las Manganas y el Paso de la Muerte.
 

miércoles, 1 de enero de 2014

SABIAS QUE.......

DÍA DE AÑO NUEVO  (2000 a. C., Babilonia)
 
El día de Año Nuevo es la más antigua y universal de las festividades religiosas. Curiosamente, su historia comienza en una época en la que aún no existía un calendario anual. El tiempo transcurrido entre la siembra y la cosecha representaba un “año” o ciclo.
 
La fiesta de Año Nuevo más antigua que se ha registrado se cele­braba en la ciudad de Babilonia, cuyas ruinas se alzan cerca de la mo­derna ciudad de Al-Illah, en Irak. Se situaba a fines de marzo, en el equinoccio vernal o de primavera, esto es, al comenzar esta estación, y los actos festivos duraban once días. Los festejos modernos palide­cen si se comparan con ellos. Los iniciaba un sumo sacerdote que, ha­biéndose levantando dos horas antes del alba y tras bañarse en las aguas sagradas del Éufrates, ofrecía un himno al dios local de la agri­cultura, Marduk, orando para pedir un nuevo ciclo de cosechas abundantes. Se pasaba la grupa de un carnero decapitado por los muros del templo, a fin de absorber todo contagio que pudiera infestar el sa­grado edificio y, por extensión, la cosecha del ano siguiente. La cere­monia recibía el nombre de Kuppuru, palabra que apareció entre los hebreos casi al mismo tiempo, en su día de Reparación, o Yom Kippur.
 
Tanto desde el punto de vista astronómico como del agrícola, enero es el peor tiempo para comenzar simbólicamente un ciclo agra­rio o Año Nuevo. El sol no se encuentra en un lugar adecuado del cielo, como ocurre en los equinoccios de primavera y otoño y en los solsticios de invierno y verano, los cuatro acontecimientos solares que ponen fin a las estaciones. El traslado de este día sagrado se inició con los romanos.
 
Según su antiguo calendario, los romanos consideraban el 25 de marzo, comienzo de la primavera, como el primer día del año. Sin embargo, los emperadores y los altos funcionarios alteraron repeti­damente la longitud de meses y años para ampliar el tiempo de sus mandatos. Las fechas del calendario guardaban tan poca sincroniza­ción con los hitos astronómicos en e! año 153 a.C., que para fijar con seguridad numerosas ocasiones de tipo público el Senado ro­mano declaró el 1 de enero primer día del año. A continuación se produjeron nuevas alteraciones de fechas, y para iniciar de nuevo el calendario, el 1 de enero, en el año 46 a.C., Julio César tuvo que prolongar el año hasta 445 días, por lo que se conoce en la historia como “Año de la Confusión”. El nuevo calendario creado por César fue llamado, en su honor, calendario juliano.
 
Después de la conversión de Roma al cristianismo en el siglo IV, los emperadores siguieron organizando celebraciones de Año Nuevo. Sin embargo, la naciente Iglesia abolió todas las prácticas paganas (es decir, no cristianas), y por tanto condenó estas festividades como es­candalosas y prohibió a los cristianos su participación en ellas. A me­dida que la Iglesia consiguió conversos y poder, planificó estratégica­mente sus propias fiestas para competir con las paganas, en muchas ocasiones aprovechándose de su popularidad. Para rivalizar con la fiesta de Año Nuevo, el 1 de enero, la Iglesia estableció su propia fes­tividad en la misma fecha, la Circuncisión del Señor, que todavía ob­servan católicos, luteranos, episcopalianos y numerosas Iglesias orto­doxas de Oriente.
 
Durante la Edad Media, !a Iglesia se mantuvo tan hostil al antiguo Año Nuevo pagano, que en las ciudades y países predominantemente católicos esta celebración desapareció por completo, Y cuando perió­dicamente volvía a resurgir, quedaba relegada al olvido en poco tiempo y casi en todas partes. En cierta época, durante la Baja Edad Media. desde el siglo XI al XIII, los británicos celebraban el Año Nuevo el 25 de marzo, los franceses el domingo de Pascua, y los italia­nos el día de Navidad, que era entonces el 15 de diciembre; sólo en la Península Ibérica se observaba el 1 de enero. La aceptación general de esta fecha sólo data de los últimos 400 años.
 
LA NOCHEVIEJA
 
Desde tiempos muy antiguos, ésta ha sido la más bu­lliciosa de las noches. Para los antiguos agricultores europeos, tos espíritus que destruían las cosechas por medio de enfermedades eran barridos durante la no­che que precedía al Año Nuevo, con un gran concierto de cuernos y tambores. En China, las fuerzas de la luz, el Yang, derrotaban anual­mente a las fuerzas de la oscuridad, el Yin, cuando en esta noche má­gica la gente se congregaba para hacer sonar platillos y detonar petar­dos. En Norteamérica, fueron los holandeses, en su colonia de Nueva Amsterdam, en el siglo XVII, quienes originaron las modernas cele­braciones de la Nochevieja, aunque es posible que los indios nativos de esas tierras les hubieran dado un ruidoso ejemplo en este sentido, y con ello hubieran allanado el camino. Mucho antes de que llegaran los colonos al Nuevo Mundo, la fiesta de Nochevieja era observada por los indios iroqueses, que la relacionaban con la cosecha de maíz. Reuniendo ropas viejas, útiles caseros de madera, maíz y otros cereales los indios arrojaban estas posesiones del año anterior en una gran hoguera, con lo que significaban, el comienzo de un Nuevo Año y una nueva vida. Era una costumbre antigua tan literal, en su significado, que los eruditos de épocas muy posteriores no tuvieron que especular sobre su sentido.
 
Los colonos norteamericanos presenciaron la anárquica celebración anual de la Nochevieja por los indios, y su conducta no fue mucho más austera, si bien la escasez de ropas, muebles v comida les impedía encender hogueras. En la Nochevieja de 1775, los festejos que se celebraron en la ciudad de Nueva York fueron tan ruidosos que, dos meses más tarde, las autoridades prohibieron los petardos, las bombas de fabricación casera y el uso de las armas de fuego personales para conmemorar los futuros comienzos del Año Nuevo.
 
EL BEBÉ DEL AÑO NUEVO
 
La idea de utilizar un recién nacido para simbolizar el comienzo de un nuevo ciclo surgió en la antigua Grecia alrededor del año 600 a.C. En las fiestas dionisiacas, era costumbre hacer desfilar, como homenaje a Dionisos, dios del vino y de las francachelas, un bebé en un cesto de juncos, que representaba el renacimiento anual de ese dios como espíritu de la fertilidad. En Egipto se efectuaba una ceremonia similar representada en la tapa de un sarcófago que hoy se encuentra en un museo británico. Dos hombres, uno de ellos viejo y con barba y el otro en el apogeo de su juventud, aparecen en él portadores de un bebé en un cesto de mimbre.
 
Tan corriente era el símbolo del bebé del Año Nuevo en tiempos de los griegos, egipcios y romanos, que la primitiva Iglesia católica, tras no poca resistencia, permitió finalmente a sus miembros la utilización en celebraciones, con tal de que quienes participaban en ellas admitieran que el bebé no era un símbolo pagano, sino una efigie del Niño Jesús. Nuestra moderna imagen de un bebé en pañales y con el número del año en el pecho se originó en Alemania, en el siglo XIV, y apareció sucesivamente en ilustraciones y en canciones de cada época.

martes, 15 de octubre de 2013

Una de las lindas tradiciones de México que debemos apoyar

Documental del Globo de Cantoya en Paracho - Documentary about Cantoya Ballons

Documental de los artesanos que elaboran Globos de Cantoya para el CantoyaFest de Paracho, Mich. / Documentary about the cantoya ballons in Paracho, Mich.